En algunos lugares donde el sistema eléctrico no es muy bueno, las señales de tormenta son malos augurios. Hay un 100% de posibilidades de quedarnos sin electricidad. Para una emisora eso significa “salir del aire”. En muchas ocasiones, éste no es el peor balance tras la tormenta. Después de los rayos, truenos y centellas, intentamos prender nuestro equipo transmisor y... ¡sorpresa!, no quiere arrancar. La desesperación nos consume cuando el técnico diagnostica que una descarga quemó el equipo. El grito se oye más fuerte que el trueno que dañó el transmisor. Para evitar estos sustos, ya que las tormentas son muy difíciles de conjurar, es recomendable cuidar mucho la instalación eléctrica de la emisora.
Las bajadas y subidas de tensión son una de las principales causas de daño en los equipos electrónicos. Para evitarlas, toda instalación debe estar bien aterrada. Explicamos la palabreja que no suena nada técnica. Las conexiones de energía alterna de 110 y 220 voltios, tienen dos cables. Son los dos polos que generan la diferencia de cargas, es decir, la electricidad.
Hay un tercer cable que en muchos casos se olvida y no se conecta a ningún sitio. Es la tierra o masa. Su función es tremendamente útil, ya que absorbe las descargas eléctricas o interferencias generadas por la electricidad.
Por eso, es necesario conectar siempre este tercer cable (color verde-amarillo), en todos los tomacorrientes o enchufes eléctricos. Pero, y la otra punta del cable, ¿dónde va?
A tierra. Sí, sí, a la misma tierra. Nada de pegarlo a las tuberías de plomo por las que pasa el agua ni inventos peregrinos que se ven en muchas radios. Cuando se construye una casa o una torre para las antenas, hay que hacer un pozo a tierra. Es el lugar donde derivan todas las descargas a través del cable de aterramiento.
Cuando contratamos la construcción de una gran torre, en el presupuesto casi siempre viene incluido este pozo a tierra. Pero muchas radios colocan una pequeña torre en el tejado y no hacen este pozo o sus oficinas están en una casa antigua en la que nunca se hizo uno. Tienes que hacerlo. No aterrar los equipos de audio es sinónimo de tener ruidos y zumbidos en la transmisión, sobre todo si la emisora es de Amplitud Modulada. Al Consultorio Técnico de Radialistas han llegado muchas preguntas sobre ruidos misteriosos que entran o salen de la computadora. Después de largas investigaciones, todo se soluciona aterrando correctamente la computadora y la consola. Por descontado que el transmisor también debe estarlo.
EL POZO A TIERRA
Un pozo a tierra es básicamente eso, un pozo, un hueco que rellenamos con tierra (puede servir la que se usa para plantas o cultivos) donde conectamos el cable de aterramiento que viene de la instalación. Hay diferentes maneras de hacerlo, pero todas se basan en el principio de enterrar una barra o jabalina de cobre. Comercialmente, esta barra se llama Copperweld. Tiene unos 2 metros de largo y la venden en ferreterías y almacenes de construcción.
Barra Copperweld. http://www.promelsa.com.pe/
Es conveniente que la tierra esté siempre algo húmeda, ya que de esta manera atraerá más fácilmente la descarga eléctrica. También puedes echar sal en el hueco donde clavas la barra, eso mejora la conductividad.(1) Otra fórmula eficaz es añadir bentonita, un tipo de roca arcillosa compuesta por varios minerales. Asegúrate de colocar en la parte de arriba del pozo una tapa o caja de registro para que ningún gracioso vea la barra y se la lleve. ¡No sería la primera vez!
Pozo a Tierra. http://www.analfatecnicos.net
PARARRAYOS
Si malo es no tener un pozo a tierra, mucho peor es no contar con pararrayos en la torre de transmisión. Si tienes la mala suerte de que un rayo acaricie tu torre y no tienes pararrayos, la descarga entrará directa por el cable al transmisor y lo puede dejar totalmente quemado.
Aunque los pararrayos no son muy caros, hay sitios en que puede resultar difícil encontrarlos y te tocará construir uno. Para ello, busca una barra metálica de acero galvanizado en forma de cilindro que tenga, al menos, 4 metros de largo. La punta de esta barra debe estar bien afilada y mejor si es de un metal muy conductor como el cobre. A la barra de metal le conectarás un cable, también de cobre, con un grosor de 1 AWG (unos 7 u 8 mm). El otro extremo de este cable conductor tiene que ir directo al pozo de tierra. De esta forma, el pararrayos cumple su misión de derivar a tierra los rayos que recibe impidiendo descargas que dañen los equipos de la emisora.
LA INVENCIÓN DEL PARARRAYOS
Fue ingeniado de pura casualidad por
Benjamín Franklin (1706-1790) mientras
jugaba con una cometa estudiando los
fenómenos naturales eléctricos. Su invento
sería un gran aporte para que otros científicos,
años después, idearan la radio.
Natural Philosophy for Common and High Schools (1881)
Notas
(1) En comercios especializados venden sales químicas para ese fin, mucho más conductivas que la sal común. Una de las marcas más usadas es Thor Gel.
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