Pobres y ricos. Norte y Sur. Desarrollados y en vías de desarrollo. Siempre hubo diferencias evidenciadas por los índices de progreso. Nos hablaban de rentas per cápita, del PIB, del poder adquisitivo, y nuestro continente latinoamericano salía perdiendo en todos.
Luego aparecieron las computadoras e Internet, que se convirtieron en otro indicador más para mostrar la inequidad. En los hogares de los países más industrializados, sus ciudadanos tenían computadoras y las ciudadanas navegaban por Internent. Sus hijas e hijos podían acceder a la Red en las escuelas y sustituyeron los anticuados cuadernos de papel por novedosas notebooks. Mientras, en los Andes cambiábamos el suelo de tierra de muchas escuelas por uno de cemento.
Los avances digitales aumentaron las diferencias ya existentes y se comenzó a hablar de la brecha digital. Este nuevo índice de desarrollo mide la posición de los países respecto a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs). Para saber estadísticamente qué tan grande son estas diferencias se tiene en cuenta el acceso a Internet, el disfrute de computadoras en los hogares y las escuelas, el número de líneas de telefonía fija y celular…
Este índice nos clasifica en infopobres e inforicos, en países tecnológicamente avanzados y países atrasados en la convergencia digital. No es sorprendente que exista una enorme coincidencia con el resto de índices de desarrollo. El país pobre es también pobre tecnológico. Lo que significa que el problema no es la brecha digital, sino la brecha social.
Mapa de acceso a Internet en el 2007. Gráficamente se ven las diferencias.
Fuente: Internet World Map. http://www.ipligence.com/worldmap/
LAS CIFRAS DE LA BRECHA
Hay varias fuentes estadísticas, pero vamos a fiarnos de dos. Por un lado, la reconocida página en Internet que refresca cada día las cifras de acceso a las TIC´s: http://www.internetworldstats.com/
También tomaremos como referencia al más alto organismo Internacional de las Telecomunicaciones, la UIT, que cada año publica los Perfiles Estadísticos de la Sociedad de la Información.
http://www.itu.int/dms_pub/itu-d/opb/ind/D-IND-RPM.AM-2009-E09-PDF-S.pdf (Ver informe)
Estas dos referencias se pueden seguir consultando en el futuro para actualizar los datos que ahora presentamos y que quedarán sin vigencia en poco tiempo, dado el veloz avance de las TICs.
Internet en nuestro continente
En 1990, eran poco más de 2,6 millones de personas las que hacían uso de Internet en el mundo. Diez años después, finalizando el 2000, ya existían más de 300 millones. El crecimiento fue asombroso. Pero casi 20 años después, a finales de 2009, uno de cada cuatro habitantes del planeta utiliza regularmente la Red, lo que suma más de mil setecientos millones de personas conectadas a ella.
Estos porcentajes, como podemos ver en la tabla, son tan altos porque en regiones como Europa, Oceanía o América del Norte más de la mitad de la población ya tiene acceso. Pero en el resto no es así. En América Latina y el Caribe, las cifras más optimistas hablan de que 3 de cada 10 personas acceden a la Red, lo que suma casi 180 millones.
Tabla de www.InternetWorldStats.com para el 31 de diciembre de 2009. Copyright © Miniwatts Marketing Group.
Aunque la brecha es todavía grande, el progreso es constante. Si comparamos estos 180 millones con los apenas 60 millones publicados en 2004 por el informe de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), vemos un aumento considerable en apenas 5 años.
LA RADIO, LA TIC CON MENOR BRECHA
“Mientras en el mundo existen 100 computadores personales por cada 1.000 habitantes, hay 275 receptores de televisión. Otra vieja TIC, la radio, asciende a 419 por cada mil personas, diferencias que se amplían en el caso de las regiones y países más empobrecidos.”
La radio y la televisión en la era digital: oportunidades, desafíos y propuestas para garantizar la diversidad y el pluralismo en los medios. Gustavo Gómez Germano. Centro de Competencias en Comunicación y Fundación Friedrich Ebert. Febrero de 2007
¿Estamos en el buen camino?
Las estadísticas generales ocultan diferencias abismales dentro del mismo continente. Frente a países como Colombia o Argentina donde el 22% de la población cuenta con acceso a Internet en su hogar, están muchos de los países de Centroamérica que no sobrepasan el 4%.(1)
Otro indicador fundamental para analizar la brecha es el tipo de conexiones que se usa para acceder a Internet. De nada sirve poder conectarnos si todavía lo hacemos a través de dial up o “estrechos de banda”, que no permiten disfrutar de muchos de los contenidos de la Red como audio o video.(2) Las estadísticas de la UIT evidencian que en muchos países el acceso por banda ancha es menor al 10%. A la hora de reclamar por leyes que permitan el acceso a la Red, debemos especificar que sea a través de anchos de bandas decentes y a precios razonables, de lo contrario, muy pocos seguirán disfrutando Internet.
Usos de Internet
Toda estrategia encaminada a reducir las diferencias de la inclusión tecnológica o brecha digital debería, además de garantizar el acceso, incluir procesos paralelos de capacitación y apropiamiento de las tecnologías. ¿De qué nos sirve entrar en la Red si luego no sabemos qué hacer una vez dentro? Esta capacitación no tendría que centrarse exclusivamente en cómo usar las herramientas, sino en hacer un uso completo y racional de la Red. Actualmente, las latinas y latinos usamos Internet para:
1. Visitar páginas Web y buscar información
2. Correo electrónico
3. Mensajería instantánea o Chat
4. Redes Sociales
Son todavía escasas las personas que lo usan para el comercio electrónico (compras y transacciones en línea), la comunicación telefónica a través de Internet (VoIP) o ver TV y escuchar radio online.
¿Acceso total a la telefonía celular?
Atendiendo a las estadísticas de acceso a líneas móviles de telefonía celular, podríamos afirmar que casi no hay brecha en este terreno. El 80% de los habitantes de la región tiene celular. Los promedios en América Latina se acercan al promedio regional y convergen con los de los Estados Unidos y Canadá, afirma el informe de la UIT.
La gran diferencia es que el 89% de los celulares de América del Norte son de tercera generación, es decir, cuentan con acceso a Internet de banda ancha. Mientras que en América Latina, sólo el 11% de usuarios y usuarias disfrutan de ese servicio. El resto cuentan con teléfonos que sólo permiten llamadas de voz y a precios de escándalo en muchos lugares.
¿Un futuro sin brecha?
Casi todos los gobiernos de la región tienen planes para disminuirla y garantizar el acceso universal a las TICs, pero esto tomará su tiempo. En nuestro continente persisten todavía muchas diferencias. Mientras que países del Cono Sur como Argentina, Chile o Uruguay están a la cabeza, en la cola se encuentran Haití, Nicaragua o Guatemala, donde las prioridades siguen siendo otras.
Además, la exclusión de la información no sólo es una cuestión de acceso y conexión, sino también de contenidos. Tiene que ver tanto con la brecha digital como con la brecha cognitiva, y guarda relación con los obstáculos educativos, culturales y lingüísticos que hacen de Internet un objeto extraño e inaccesible para las poblaciones que han quedado confinadas en los márgenes de la mundialización. (Hacia las sociedades del conocimiento. Informe Mundial de la UNESCO, 2005).
Notas
(1) El 30% promedio de acceso a Internet en América Latina se consigue sumando las computadoras instaladas en las casas y las muchas cabinas públicas, telecentros o cibercafés.
(2) Estrechos de banda es una expresión que usan los compas y las amigas del Centro Memorial Martin Luther King de Cuba, para referirse al Dial Up, en contraposición a la banda ancha.
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